Solo tus manos te tocan,
solo ellas se quejan del silencio
que has decido guardar cada noche
al no escribir nada
solo ellas se quejan del silencio
que has decido guardar cada noche
al no escribir nada
y me acuesto no sé para qué;
No hay en la almohada
un abrazo, ni siquiera perdido
No hay en la almohada
un abrazo, ni siquiera perdido
cuando es tan tarde que no es noche
ni es madrugada,
las huellas que dejan mis dedos se marchan
y me quejo sin palabras.
ni es madrugada,
las huellas que dejan mis dedos se marchan
y me quejo sin palabras.
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