Undibujin

Undibujin

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Noviembre

Escucho el sollozar del fuego;
El pasar del tiempo;
Ecos de cada segundo caen como alfiler en la memoria
retumbando hasta la punta de los dedos...

El vibrar de mi espina sintiéndose tan fuera de mí.
Oir el grito incomprensible de la piel,
en el crujir de cada anillo innaccesible
del cuerpo seco...
Inclinado;


Enfermo de no-sé-qué-plaga-parte-ramas.
Escuchar en el café opaco
la funesta caída del verde de mis hojas,
desprendido para besar mis pies...

Y hacerse polvo.

Me baña el tiempo en aleteos que ya no vienen
Me mata en los nidos que ya no tengo.
Fui árbol. Tuve una corona de plumas.

Hoy, veo a los ojos negros de La Muerte.

Escucho su canto en cadáveres de pájaro.
La melodía de un pico inmóvil clavado en mi centro,
me recuerda a las alas que abrazaron mi baile
cuando reiné con corona hasta llenar mi copa;
 Aves llevaba en la cabeza
retumbando ecos de mi cuerpo.

Escucho el sollozar del fuego...
Se extingue la médula.                       Me voy.
Pero...  hay un tarareo;                                     Y empiezo brotar en el aire,
Se reintegran las ramas.                           Regreso.
Soy árbol de humo.

Árbol
 del viento.